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Algunos kriyas de Kundalini Yoga pueden ser muy sorprendentes.

De repente se te pide hacer cosas… que ni sabías que podía ser yoga…  y en ese momento piensas “¿Y eso?!” Pueden ser posturas extrañas, movimientos poco comunes, respiraciones atípicas… o cualquier otro tipo de ejercicio.

Un día, durante mi formación de profesora de Yoga, la compañera que daba la clase nos dijo: “¡Y ahora, ríete!”, nos quedamos todas paradas un cuarto de segundo antes de empezar a reírnos… la que más fuerte se rió fue nuestra maestra Prem Kaur.  Empezó enseguida con carcajadas muy sonoras…  su risa era tan alegre y contagiosa que las que habíamos empezado a reírnos de manera más “mecánica”… nos pusimos a reír de manera mucho más franca y sonora al oírla.

Y al final todas nos abandonamos a esa risa.

Para decirte la verdad, reírme así de manera repentina no fue nada fácil para mí.

Pero “cuanto más resistencias tienes, más tienes que entregarte  y confiar en la sabiduría de los Maestros que diseñaron estos kriyas”… entonces lo intenté.

Este ejercicio de risa es muy interesante porque tiene efectos mucho más poderosos de los que uno podría pensar inicialmente.

En primer lugar, te obliga a ir mas allá de tu mente – y especialmente de tu mente negativa que siempre quiere controlar todo… y teme parecer ridículo.

Segundo, te ayuda a relajarte completamente… y a sentirte mucho mejor, gracias a las hormonas que liberas.

Alcanzas un estado de bienestar muy agradable.

De hecho, tendríamos que reírnos mucho más a menudo… en vez de quedarnos atrapados en nuestros pensamientos.

Así que te invito a reírte… ya.

Sat Nam

 Gabrielle – Puranshant Kaur

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Te recomiendo también leer  los artículos que escribo para el Huffington Post de manera puntual. 

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